GLENKINCHIE 1991 DOUBLE MATURED SINGLE MALT
Información
MARCA: Glenkinchie es una destilería de whisky escocés de malta situada a 15 km de la ciudad de Edimburgo. Concretamente la podremos encontrar en El Valle de Kinchie. Además de encontrarse en una tierra dedicada al cultivo. Debe su nombre a su ubicación, una cañada por Kinchie, cerca de Pencaitland, en Etast Lothian.
El nombre de Kinchie tiene su origen en el dialecto Lalland, al nombre De Quincy quienes eran los dueños de las tierras en el siglo XIV.
En referencia a los orígenes se remontan a alrededor de 1825. Fue fundada por los hermanos John y George Rarte. Y aunque no se sabe con certeza parece que anteriormente Glenkinchie sería la antigua Destilería Milton registrada en la zona. Probablamente la familia en 1823 le cambiaron el nombre. Pero finalmente los hermanos se declararon en bancarrota y aquel lugar se convirtió en aserradero en 1853.
Finalmente en 1881 la planta fue reconstruida y la fabricación de whisky se reinició bajo James Gray. En 1960, la destilería dejó de maltear su propio grano y los pisos de malta se convirtieron en un museo de whisky de malta.
Hasta 1989 Glenkinchie no se introdujo en el mercado de los whiskys clásicos de malta.
ORIGEN: Escocia
Región: Lowlands
Categoría: Single Malt
Destilería: Glenkinchie Distillery
Edad: DESTILADO 1991
Grado: 43º
Elaboración: Single malt de las Tierras Bajas escocesas que madura en barricas de roble americano exbourbon una docena de años, antes de culminar su Doble Madurez en botas de vinos de jerez, Amontillado, durante los últimos meses, que le aporta su carácter.
Nivel de turba: NO
Cata:
Intenso ambarino cobrizo.
Potente, rotundo y seco, con notas de uvas pasas, y frutos secos, como almendras y nueces, aportación del Amontillado, que se funden con notas maduras de frutas como albaricoque desecado (orejones), y ciruelas pasas, con un fondo vinoso, que recuerda a las espléndidas bodegas de Jerez.
Muy potente e intenso en la entrada de boca, de rotunda sequedad, con notas de avellanas, nueces y almendras, junto a vibrantes notas especiadas, de pimienta negra, y un final de cierto picor en la boca, y explosivo recuerdo vinoso de su majestad el Amontillado, que le aporta su final seco, rotundo y rústico.